jueves, 31 de diciembre de 2009

y buen 2010

Nos vemos en el futuro.

viernes, 25 de diciembre de 2009

feliz navidad

Pues eso, majos.

martes, 22 de diciembre de 2009

grandes conversaciones entre doctor y paciente antes de una operación de cirugía estética (vol.3)

Ya sabéis: doctor, paciente y lo que hay entre ellos antes de operar.

capítulo 5: Belén Esteban

Buenos días, doctor.
Buenos días, Belén ¿Qué le trae de nuevo por aquí?
Un taxi.
...
Quiero una cara nueva, doctor.
¿Cómo? ¿Quiere que le ponga la cara de otra persona?
No. Quiero la mía. Pero bien hecha.

Mujer, ya que nos ponemos le puedo poner la cara de Mickey Mouse o del Pato Lucas.
Quiero mi cara.
Su cara tiene difícil arreglo.
Inténtelo.
Pero Belén, aunque la mona se vista de seda...
No amanece más temprano, ya lo sé doctor, pero no estamos hablando de eso.
Mmm, ya...

Así qué, ¿qué me dice?
Vamos a intentarlo. Aunque es algo muy temerario.

¿Qué es temerario?
Imprudente.
¿Imprudente?
Arriesgado.
¿Así como guai?
No.

¿Difícil?
Casi.
¿Divertido?
Emm... sí, sí divertido.
Como mola.
Esto... ¿usted me haría una mamada?
Claro que sí, doctor.
Fantástico.


capítulo 6: Orit Fux

Buenos días, doctor.
Buenos días, Orit ¿Qué desea?
Tu alma.
¡Sal de mi consulta, bicho!

sábado, 19 de diciembre de 2009

jueves, 17 de diciembre de 2009

hello kitty y otros bichos inquietantes

Seguro que os suena la historia del joven solitario e introvertido al que un día le entra la policía en casa y descubre a una docena viejas descuartizadas decorando su salón. Es un chico cuyos vecinos definen después con frases como 'de él no lo hubiera dicho nunca', 'parecía una buena persona', 'a mí me ayudaba a subir la compra', etcétera. Pues bien, ese joven es Hello Kitty.

Kitty tiene una de las miradas más frías del mundo de los animaletes y mascotas creadas por el hombre. Nunca podrás saber que piensa o siente. Es una mirada vacía, inexpresiva. Esa mirada es la nada. Detrás de esos ojos huecos se puede esconder un animal excelente, sí, pero también la reencarnación del mal. Huelga decir que yo apuesto por la segunda opción.

Otra alternativa que me planteo al mirarla es que esté muerta. A lo mejor es un animal muerto y disecado. ¿Por qué no? ¿Dónde dice que un animal tiene que estar vivo para ser dibujado? Lo terrible del tema es que nunca lo sabremos. Al no oírla. Es lo que tiene ser un dibujo.

Dejando a banda su inexpresividad, otro tema a tratar es su nombre. No me gusta tener que saludar a Kitty cada vez que la quiero nombrar. La muy guarra se a hecho poner un 'hello' en el nombre y por huevos la tienes que saludar siempre. Yo no conozco a ninguna Hola Marisa, por poner un ejemplo.
Fijaos en esto:


- Hola Hola Kitty.
- Hola Tex.
- ¿Todo bien?
- Sí.
- Adiós Hola Kitty.
- Adiós Tex.

Raro de cojones.

Al principio he hablado de Kitty como 'una de las miradas más frías...' Y no he podido decir 'la mirada más fría' porque hay alguien (o algo) ocupando el primer puesto del ranking desde hace mucho tiempo. Alguien insuperable.

Acojona, ¿eh? ¿Qué me decís de su mirada? Kitty no es rival, por más que se esfuerce. No tiene nada que hacer ante esos tres puntitos. Si existiera una competición de animales inquietantes, a parte de vivir en un mundo muy muy raro, la ganaría este bicho cada año de largo.

Vaya par de tetas, por cierto. Otra cosa que nunca entenderé. Una más.

lunes, 14 de diciembre de 2009

habemus question 1

Os presento una nueva sección que me acabo de sacar de la manga. ¿Hacía falta? No, pero tampoco hacía falta Mapa de los sonidos de Tokio y ahí está.

Al lío. La pregunta de hoy:

Si le pego un grito muy fuerte y muy muy de cerca a una hormiga, ¿la puedo dejar sorda?

jueves, 10 de diciembre de 2009

el día que dios llamó a darwin

- ¿Diga?
- Hola ¿está Darwin?
- Yo mismo.
- Soy Dios.
- ¡Hombre!

- Ser sobrenatural, si no te importa.
- Perdón.
- Mira, iré al grano. Acabarás conmigo.

- ¿Qué?
- Ya basta de tu rollo de la evolución y toda esta mierda. El ser humano no puede venir del mono, coño.
- Claro que sí.
- ¿A sí? ¿Y cómo se explica esto, señor Darwin?



- ¿Y esto, señor Dios?


...y aún siguen discutiendo.

domingo, 6 de diciembre de 2009

que no os la den con queso

Esta semana, en la carta de un restaurante, vi por primera vez la pizza Seis Quesos. No hacía falta ser muy listo para intuir que esa pizza era de quesos. De seis, concretamente. A mi me encanta el queso, pero no me la pedí. ¿Por qué? Boicot.

Vamos a ver. Acepto la pizza Cuatro Quesos. Son cuatro sabores distintos, separaditos, tiene su gracia y es todo un clásico. Nada que objetar.
Puedo llegar a aceptar la pizza Cinco Quesos. A mí me parece que en esta ya hay un exceso de quesos. Se me hace hasta difícil distinguir los cinco sabores, pero oye, es un intento por mejorar la Cuatro Quesos. Fallido, pero un intento. Lo acepto.
Pero amigos, la paciencia tiene un límite. Y se llama Pizza Seis Quesos. Yo por aquí ya no paso. Seis quesos... seis hostias bien dadas. Eso es una locura de un cocinero desatado. ¿Dónde llegaremos a este paso? ¡Pero si en la masa no hay ni espacio para meter tanto queso! Lo que hacen es ponerlos todos mezclados, al bulto. Y eso no tiene ningún sentido, porque el queso potente siempre tapa a los más débiles. Eso se convierte en la ley del más fuerte. Selección natural a escala gastronómica. La Pizza Darwin, vaya.

Lo cojonudo, y ahí es donde me cabreo, es que en muchos sitios los hijoputas te venden un número de quesos mayor del que luego te ponen. 'Total, no lo van a notar', piensan. Y tienen razón. Porque llega un momento que da igual si hay cinco, seis o veintisiete: no tienes ni puta idea de qué estás comiendo. Ahí es donde ellos atacan. Ilusión de cantidad, amigos. Y como el ser humano es gilipollas ('¡más, más!') pues se lo come y después dice que ha probado una pizza de muchos sabores. Cuando en realidad sólo tenía uno: el sabor del engaño.

Por favor, pizzeros, ponedle freno a este tema, porque se os está yendo de las manos.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

sad sam

El otro día, en una conversación, salió la figura de Sad Sam. Para quien no lo sepa, Sad Sam es este perrete:

Bien. Como su nombre indica, Sam está triste. Pero muy triste. Pero muy muy triste. Y no sólo un día por un motivo concreto, no. Sam está triste SIEMPRE. Da igual que esté sujetando un corazón, que esté jugando con un hueso, que vaya vestido de Drácula, o que le esté metiendo mano a su novia Honey (otra que tal), él siempre pone la misma cara.

Sam, no sé si tu intención es dar pena, pero a mí me entran unas ganas de batirte la cara a palos que no te puedes ni imaginar. Y a más te miro, más rabia me das (1).
Reconozco que la primera vez que lo miré sentí un indicio de pena, pero a los treinta segundos ya sólo sentía odio. Os lo aseguro, buscad fotos suyas por Internet y me entenderéis. Asco de perro, a ver si sonríes, coño ¡que tienes todo lo que un animal puede desear!

Llevo días planteándome (poco trabajo, diréis algunos) cual es el motivo de su amargura. Y sólo hay dos motivos por los cuales Sam puede poner esta cara:

1. Es un desgraciado de la hostia. Pero mucho. Tanto que lo dudo, porque he entrado en su web y lo he visto celebrando su cumpleaños, vestido con ropa deportiva en el campo, besando a su novia en repetidas ocasiones, incluso en su acto de graduación. O sea que Sam, macho, tan jodido, tan jodido, no estás.

Esto sólo nos deja la otra opción:

2. Está pidiendo perdón por algo que ha hecho. Ojo. Muy chungo tiene que ser lo que ha hecho Sam para pedir perdón con semejante énfasis. Tiene que ser algo terrible, algo que tenga que ver con la muerte de muchas personas. Algo brutal, de sangre y dolor humano. Algo por lo que necesita pedir perdón eternamente.

Conclusión: Sam es un hijo de perra. De perra puta. No os dejéis engañar por sus ojos. Con esta cara conseguirá todo lo que quiera. Si lo veis llegar, escopeta y disparo entre ceja y ceja.

¿Me oyes, Sam? No eres bienvenido. Así que haznos un favor a todos y abandónate en una solitaria carretera secundaria.

¡Y deja de mirarme así!


(1) Es la teoría de “dar la vuelta por exceso”, un día me tengo que detener en ella.