Tenemos que hablar.
No hay una forma fácil de decir esto, así que cuanto antes lo haga, mejor.
Lo dejo.
No, no, por favor, dejadme acabar.
Hace tiempo que las cosas no andan del todo bien. Me ha sido muy difícil tomar esta decisión y reunir el valor suficiente para hacerlo, pero creo que es lo mejor para todos. O tal vez es lo mejor para mí, no sé.
Sois geniales, siempre habéis estado ahí, y no os merecéis que no os pueda dedicar todo el tiempo que me gustaría. Creedme cuando os digo que hacer esto me duele más a mí que a vosotros.
Las cosas ya no son como al principio. Esa llama se ha ido apagando. Pero no sois vosotros, soy yo. Creo que necesito una pausa. Para pensar, para estar solo, para ver las cosas con un poco de perspectiva. Y tal vez con el tiempo me dé cuenta del error que estoy cometiendo. O tal vez no, no sé. Pero no lo sabré si no hago esto. Así que de veras que lo siento, pero se acabó.
Estoy seguro que encontraréis otros blogs que os harán tan felices como merecéis ser. Y que un día recordaréis nuestra historia con una sonrisa en los labios.
Y, cómo no, huelga decir que podemos seguir siendo amigos.
Me he prometido no llorar. Pero para cumplirlo tengo que acabar ya.
Pero no quiero marcharme sin dar las gracias (ahora sin teatro). Gracias. De verdad. Por el apoyo, por las visitas y por todos los comentarios que han hecho de éste un sitio mejor.
Ahora sí.
Os echaré de menos.
Un fuerte abrazo,
Tex.