domingo, 6 de diciembre de 2009

que no os la den con queso

Esta semana, en la carta de un restaurante, vi por primera vez la pizza Seis Quesos. No hacía falta ser muy listo para intuir que esa pizza era de quesos. De seis, concretamente. A mi me encanta el queso, pero no me la pedí. ¿Por qué? Boicot.

Vamos a ver. Acepto la pizza Cuatro Quesos. Son cuatro sabores distintos, separaditos, tiene su gracia y es todo un clásico. Nada que objetar.
Puedo llegar a aceptar la pizza Cinco Quesos. A mí me parece que en esta ya hay un exceso de quesos. Se me hace hasta difícil distinguir los cinco sabores, pero oye, es un intento por mejorar la Cuatro Quesos. Fallido, pero un intento. Lo acepto.
Pero amigos, la paciencia tiene un límite. Y se llama Pizza Seis Quesos. Yo por aquí ya no paso. Seis quesos... seis hostias bien dadas. Eso es una locura de un cocinero desatado. ¿Dónde llegaremos a este paso? ¡Pero si en la masa no hay ni espacio para meter tanto queso! Lo que hacen es ponerlos todos mezclados, al bulto. Y eso no tiene ningún sentido, porque el queso potente siempre tapa a los más débiles. Eso se convierte en la ley del más fuerte. Selección natural a escala gastronómica. La Pizza Darwin, vaya.

Lo cojonudo, y ahí es donde me cabreo, es que en muchos sitios los hijoputas te venden un número de quesos mayor del que luego te ponen. 'Total, no lo van a notar', piensan. Y tienen razón. Porque llega un momento que da igual si hay cinco, seis o veintisiete: no tienes ni puta idea de qué estás comiendo. Ahí es donde ellos atacan. Ilusión de cantidad, amigos. Y como el ser humano es gilipollas ('¡más, más!') pues se lo come y después dice que ha probado una pizza de muchos sabores. Cuando en realidad sólo tenía uno: el sabor del engaño.

Por favor, pizzeros, ponedle freno a este tema, porque se os está yendo de las manos.

2 comentarios: