miércoles, 2 de diciembre de 2009

sad sam

El otro día, en una conversación, salió la figura de Sad Sam. Para quien no lo sepa, Sad Sam es este perrete:

Bien. Como su nombre indica, Sam está triste. Pero muy triste. Pero muy muy triste. Y no sólo un día por un motivo concreto, no. Sam está triste SIEMPRE. Da igual que esté sujetando un corazón, que esté jugando con un hueso, que vaya vestido de Drácula, o que le esté metiendo mano a su novia Honey (otra que tal), él siempre pone la misma cara.

Sam, no sé si tu intención es dar pena, pero a mí me entran unas ganas de batirte la cara a palos que no te puedes ni imaginar. Y a más te miro, más rabia me das (1).
Reconozco que la primera vez que lo miré sentí un indicio de pena, pero a los treinta segundos ya sólo sentía odio. Os lo aseguro, buscad fotos suyas por Internet y me entenderéis. Asco de perro, a ver si sonríes, coño ¡que tienes todo lo que un animal puede desear!

Llevo días planteándome (poco trabajo, diréis algunos) cual es el motivo de su amargura. Y sólo hay dos motivos por los cuales Sam puede poner esta cara:

1. Es un desgraciado de la hostia. Pero mucho. Tanto que lo dudo, porque he entrado en su web y lo he visto celebrando su cumpleaños, vestido con ropa deportiva en el campo, besando a su novia en repetidas ocasiones, incluso en su acto de graduación. O sea que Sam, macho, tan jodido, tan jodido, no estás.

Esto sólo nos deja la otra opción:

2. Está pidiendo perdón por algo que ha hecho. Ojo. Muy chungo tiene que ser lo que ha hecho Sam para pedir perdón con semejante énfasis. Tiene que ser algo terrible, algo que tenga que ver con la muerte de muchas personas. Algo brutal, de sangre y dolor humano. Algo por lo que necesita pedir perdón eternamente.

Conclusión: Sam es un hijo de perra. De perra puta. No os dejéis engañar por sus ojos. Con esta cara conseguirá todo lo que quiera. Si lo veis llegar, escopeta y disparo entre ceja y ceja.

¿Me oyes, Sam? No eres bienvenido. Así que haznos un favor a todos y abandónate en una solitaria carretera secundaria.

¡Y deja de mirarme así!


(1) Es la teoría de “dar la vuelta por exceso”, un día me tengo que detener en ella.

6 comentarios:

  1. está claro que este perro es un hijoputa. un sicario del mismo satanás. pero lo más inquietante es que leer su nombre al revés: más das. A dónde quiere ir a parar este can inefable...

    ResponderEliminar
  2. Siempre me cayó gordo, pero después de esto ya me da asco físico. Propongo hacer un ataque a su web.(Dios Santo, tiene web)

    Por cierto, ¿no te preguntas si tiene algo que ver con la puta de Hello Kitti? ¿qué me dices de esa jodida gata? Por dios, ilumínanos.

    ResponderEliminar
  3. Inquietante lo del nombre, sr. Modgi, sin duda.

    Y tranquila 'hoy', diria que su web ya se ataca a sí misma con semejante diseño.

    Me apunto lo de Hello Kitty.

    ResponderEliminar
  4. Si arribo a saber que la meva referència a Sad Sam acabaria així...No sóc defensora afèrrima d'aquest gos (millor el de mutts, snoopy o fred basset, on anem a parar!), però t'has passat un colló i mig amb el pobre animal, cabronàs!Ja trobaré la manera de fer una tesis sagnant sobre algo que mencionis...un dia...com qui no vol la cosa...XDDD

    ResponderEliminar
  5. teneis que luchar contar vustra compasión antes de vencer al susodicho can....las juvebtudes de las SS hitlerianas eran provisionadas con un gatito que debían cuidar durante un tiempo...luego...llegado el momento debían estrangularlo para así sobreponer su voluntad a qualquier indicio de compasión...algo nitchneano o algún rollo similar...

    con el mierda este de Sad sam lo mismo...!

    salu2 !

    ResponderEliminar